Un torneo de póquer en Japón tuvo una interrupción impactante en la mesa final cuando un jugador que ni siquiera estaba jugando en ese momento volcó la mesa.
Durante una transmisión en vivo de la mesa final en el torneo Japan Gold Dragon en Osaka, una persona muy inclinada se acerca a la mesa e intenta voltearla. No pudo voltear completamente la mesa, pero fue suficiente para derramar todas las papas fritas y bebidas por todas partes. Las patas de la mesa se doblaron obligando a los jugadores a sostenerla.
El torneo finalmente continuó. Sin duda, la única forma en que pudo continuar fue porque el juego transmitido en vivo tenía tecnología RFID que rastreaba las cantidades de fichas de los jugadores antes de que se volteara la mesa.
Según los relatos, la persona que volteó la mesa ni siquiera estaba jugando en el torneo y tenía algún otro problema con el personal de la cancha.
