Una de las filtraciones más significativas sobre los habituales del póquer no es su habilidad, sino su desempeño en las mesas de póquer. Lo que más suele afectar al rendimiento de un jugador es la varianza, por lo que es fundamental trabajar la fortaleza mental para que nuestro rendimiento sufra menos cuando las cosas van mal.
Tomemos, por ejemplo, los tres niveles diferentes de nuestro desempeño:
- Rendimiento óptimo (cuando estamos en la zona): digamos que nuestro mejor rendimiento nos brinda 6bb/100
- Buen rendimiento (enfoque reducido y un poco de piloto automático): digamos que un buen rendimiento nos brinda 3bb/100
- Bajo rendimiento (cuando estamos inclinados o desinteresados) - este nivel de rendimiento nos trae -2bb/100 (en el mejor de los casos)
Aquí podemos ver dos escenarios diferentes:
- Uno en el que tenemos un rendimiento óptimo, el 10 % del tiempo y el 30 % del tiempo con un rendimiento deficiente.
- Mientras que en el segundo escenario, la situación se invierte; El 30% del tiempo estamos en un rendimiento óptimo y el 10% en un rendimiento deficiente.
Podemos notar que la diferencia es casi el doble en el EV obtenido entre los dos escenarios.
Se necesita un nivel de tensión leve para lograr nuestro rendimiento óptimo, lo que significa que no debemos estar demasiado relajados o irritados.
Si estamos en juegos en los que nos sentimos demasiado confiados y no presentan un desafío, existe la posibilidad de que nos desinteresemos y no estemos en un nivel óptimo de rendimiento.
La situación es similar con los juegos que están por encima de nuestro nivel, nos provocarán una tensión enorme, por lo que no volveremos a estar al nivel óptimo de rendimiento. Por eso es muy importante jugar a juegos reales que nos desafíen, pero que no nos “asfixien” porque son demasiado exigentes.
Para que esto sea posible, es importante que aumentemos gradualmente los límites y construyamos un bankroll acorde a nuestra habilidad. Además, para estar en la zona de rendimiento óptimo más a menudo, es importante centrarse en las cosas que podemos controlar y no permitir que los resultados negativos nos lleven a una inclinación.
Descubrir situaciones que nos inclinen nos puede servir para que las aprovechemos y reconozcamos que las mismas situaciones arrojan a nuestros oponentes en tilt y los sacan del rendimiento óptimo.
Conclusión
- El estilo de vida afecta nuestro nivel de estrés y nuestra salud, lo que a su vez afecta nuestro nivel de estrés.
- Separar el resultado del proceso y cambiar el enfoque de las situaciones en las que no podemos influir.
- Reconocer qué nos está inclinando y por qué para que podamos reconocer cuándo nuestros oponentes están inclinados.
- Reconocer qué nos está inclinando y por qué para que podamos reconocer cuándo nuestros oponentes están inclinados.